¿En qué consiste la nueva propuesta de modificación del objeto de la criminología?
Es
evidente que las propuestas en materia de prevención y control del delito se caracterizan
por el predominio de criterios eminentemente técnicos, situacionales, operativos,
que buscan la eficacia y la eficiencia en el corto plazo. Razones por las cuales
los debates “sociológicos” y/o “criminológicos”, sobre los derechos humanos, el
sistema penal y la sociedad, quedan rezagados, pasando a un segundo plano.
La
criminología, como ciencia interdisciplinaria, ha ido evolucionando de la mano
de los avances del pensamiento sociológico, psicológico y médico a lo largo de
los siglos XX y XXI. Es a través de ella que se han desarrollado las diferentes
teorías criminológicas: distintos paradigmas que definen los expertos
criminólogos para explicar el porqué de la delincuencia.
Partiendo
de un conjunto de asunciones previas o creencias sobre cómo se estructura la
sociedad en general, y cómo son los comportamientos del ciudadano y la
delincuencia en particular, los criminólogos han desarrollado una serie de
teorías apoyados en métodos teóricos para dar respuesta a cuestiones como el
origen de una conducta delictiva, por qué se mantienen en el tiempo y por qué
cesan, todo ello en el contexto social que corresponde.
Las
teorías criminológicas sirven de base para desarrollar una investigación sobre
casos concretos y, a través de su contrastación empírica, el criminólogo podrá
plantear las necesidades de prevención o intervención a distintos niveles.
Para
empezar a definir algunas teorías, empezaremos definiendo tres orientaciones
claras a la hora de enmarcar los hechos criminales que, de forma sencilla
consistirán en:
·
La biológica:
estudia si alguna parte del cuerpo del criminal que funcione de manera
incorrecta explica su conducta.
·
La sociológica:
evalúa los delitos como ‘fenómeno social’.
·
La psicológica:
analiza si el comportamiento delictivo se debe a una perturbación en el mundo
anímico de la persona.
“… Se condena
al criminal y no a la máquina que lo fabrica. Así se exonera de responsabilidad
a un orden social que arroja cada vez más gente a las calles y a las cárceles,
y que genera cada vez más desesperanza y desesperación. Pero los discursos oficiales
invocan la ley como si la ley rigiera igual para todos…”
La Criminología no se interesa
únicamente por el comportamiento antisocial real, esto es, el que se evidencia
en el marco de la sociedad, sino también por el comportamiento antisocial
percibido, entendiendo éste como aquello que los ciudadanos consideran
conductas desviadas más allá de su realidad objetiva, y que modula su forma de
ver e interactuar con su entorno. La ciencia criminológica centra su atención
tanto en la reacción social formal como en la informal ante las conductas
antisociales
La
principal característica de la Criminología Moderna es la ampliación de su
objeto de estudio, más allá de la persona del delincuente y del delito, para
abarcar la víctima y el control social.
Haré
mención a varias teorías criminológicas que son más relevantes en la
actualidad:
Teoría
del etiquetamiento
Desarrollada
entre los años 60 y 70, esta teoría establece que la comisión de un delito,
entendido como una desviación de la conducta de una persona, es una
consecuencia o manifestación del peso que tiene sobre el individuo su
etiquetado negativo en la sociedad. Este postulado presta especial atención a
la conducta de minorías o colectivos habitualmente etiquetados de forma
negativa y cómo afecta a su conducta ese comportamiento generalizado y aceptado
por la sociedad. (Jiménez, 2021)
Teoría
de las ventanas rotas
Este
postulado lo desarrollaron James Q. Wilson y George L. Kelling en 1982 y es
comúnmente recordado por su aplicación, por parte del ayuntamiento de la ciudad
de Nueva York, para luchar contra la alta tasa de criminalidad que asolaba a la
ciudad durante los años 80 y 90. Según los criminólogos estadounidenses, la
percepción positiva del entorno urbano ayuda a que se reduzca el vandalismo y
la criminalidad. La conclusión de estos expertos es que es necesario arreglar
el problema cuando es pequeño: un edificio con ventanas rotas atraerá el
vandalismo y, a medio plazo, puede traer consecuencias peores. Igual ocurre con
la acumulación de basura o el descuido del mobiliario urbano. Mantener el
entorno cuidado servirá como disuasión para crímenes menores y comportamientos
antisociales. (Jiménez, 2021)
Teoría
de las actividades cotidianas o rutinarias
Fue
formulada a finales de los años 70 por Lawrence E. Cohen y Marcus Felson. Para
estos expertos, hay una clara conexión entre las rutinas cotidianas de una
persona (aquellos actos no delictivos) y las acciones ilícitas que cometen.
Según esta teoría, el delito se produce cuando coinciden tres elementos: el
delincuente tiene una motivación para realizarlo, la víctima o objetivo es algo
alcanzable, y falla el control social o escudo garante que protegería a la
víctima u objetivo. (Jiménez, 2021)
Teoría
de la elección racional
Desarrollada
por Cornish y Clarke en 1986, parte de la idea de que las personas que cometen
delitos deciden realizar esas acciones basándose en un juicio. Es decir,
sopesan las oportunidades y el beneficio que esperan obtener con la realización
de ese hecho delictivo y evalúan el riesgo que supondría ser atrapados. Buscan
el beneficio propio. Este comportamiento delictivo tiene, por tanto, un
propósito y es racional. Se realiza un proceso de toma de decisiones que,
psicológicamente, acerca a los delincuentes a las personas que no cometen
hechos ilícitos. (Jiménez, 2021)
Luego
del estudio de todo este compendio teórico, se puede observar el como todos y
cada uno de estos autores, desde los inicios del siglo pasado han venido
tratando de interpretar el porqué de la delincuencia.
Observamos
también que estas teorías, se abocaron al problema de la delincuencia desde
varios ángulos, como por ejemplo los factores sociales, educativos, familiares
y culturales, entre otros. Pero llegando a las mismas conclusiones (basadas en
la población y muestra específica para cada uno de ellos), propias de las
naturalezas teóricas en sus estudios.
Desde
el punto de vista criminológico, son una herramienta vital a la hora de
referenciar u obtener los basamentos teóricos necesarios para llevar a cabo
cualquier estudio o investigación en esta área, permitiendo así la comprensión
de todos y cada uno de los posibles escenarios que se puedan presentar, basados
en rangos de edades, con textos socioeconómicos determinados y hasta de
factores geográficos.
Particularmente,
el estudio de todas estas teorías en su conjunto permitirá solventar cualquier
vacío hipotético, dejado por el uso o aplicación de una sola teoría.
No se
debe confundir la prevención con el control, la primera se dirige fundamentalmente
al origen de la criminalidad (tiene un alcance general); mientras que el
segundo, no estudia las raíces del problema, opera en el caso concreto ya surgido
para dominarlo, solamente le interesa el mantenimiento del orden, no pretende extinguir
el delito, sólo dominarlo.
Referencias
Buil, D. (2016). ¿Qué es la Criminología? Una
aproximación a su ontología, función y desarrollo. Obtenido de
https://aprende.uned.ac.cr/pluginfile.php/3399052/mod_folder/content/0/Buil%20-%20Que%20es%20la%20criminologia.pdf?forcedownload=1
Jiménez, M. (2021). Teorías criminológicas: cuáles son
las principales y en qué consisten. Obtenido de
https://www.unir.net/derecho/revista/teorias-criminologicas/
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