¿En qué consiste la nueva propuesta de modificación del objeto de la criminología?

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Es evidente que las propuestas en materia de prevención y control del delito se caracterizan por el predominio de criterios eminentemente técnicos, situacionales, operativos, que buscan la eficacia y la eficiencia en el corto plazo. Razones por las cuales los debates “sociológicos” y/o “criminológicos”, sobre los derechos humanos, el sistema penal y la sociedad, quedan rezagados, pasando a un segundo plano.

La criminología, como ciencia interdisciplinaria, ha ido evolucionando de la mano de los avances del pensamiento sociológico, psicológico y médico a lo largo de los siglos XX y XXI. Es a través de ella que se han desarrollado las diferentes teorías criminológicas: distintos paradigmas que definen los expertos criminólogos para explicar el porqué de la delincuencia. (Jiménez, 2021)

Partiendo de un conjunto de asunciones previas o creencias sobre cómo se estructura la sociedad en general, y cómo son los comportamientos del ciudadano y la delincuencia en particular, los criminólogos han desarrollado una serie de teorías apoyados en métodos teóricos para dar respuesta a cuestiones como el origen de una conducta delictiva, por qué se mantienen en el tiempo y por qué cesan, todo ello en el contexto social que corresponde.

Las teorías criminológicas sirven de base para desarrollar una investigación sobre casos concretos y, a través de su contrastación empírica, el criminólogo podrá plantear las necesidades de prevención o intervención a distintos niveles.

Para empezar a definir algunas teorías, empezaremos definiendo tres orientaciones claras a la hora de enmarcar los hechos criminales que, de forma sencilla consistirán en:

·        La biológica: estudia si alguna parte del cuerpo del criminal que funcione de manera incorrecta explica su conducta.

·        La sociológica: evalúa los delitos como ‘fenómeno social’.

·        La psicológica: analiza si el comportamiento delictivo se debe a una perturbación en el mundo anímico de la persona.

“… Se condena al criminal y no a la máquina que lo fabrica. Así se exonera de responsabilidad a un orden social que arroja cada vez más gente a las calles y a las cárceles, y que genera cada vez más desesperanza y desesperación. Pero los discursos oficiales invocan la ley como si la ley rigiera igual para todos…” (Jiménez, 2021)

La Criminología no se interesa únicamente por el comportamiento antisocial real, esto es, el que se evidencia en el marco de la sociedad, sino también por el comportamiento antisocial percibido, entendiendo éste como aquello que los ciudadanos consideran conductas desviadas más allá de su realidad objetiva, y que modula su forma de ver e interactuar con su entorno. La ciencia criminológica centra su atención tanto en la reacción social formal como en la informal ante las conductas antisociales  (Buil, 2016)

La principal característica de la Criminología Moderna es la ampliación de su objeto de estudio, más allá de la persona del delincuente y del delito, para abarcar la víctima y el control social.

Haré mención a varias teorías criminológicas que son más relevantes en la actualidad:

Teoría del etiquetamiento

Desarrollada entre los años 60 y 70, esta teoría establece que la comisión de un delito, entendido como una desviación de la conducta de una persona, es una consecuencia o manifestación del peso que tiene sobre el individuo su etiquetado negativo en la sociedad. Este postulado presta especial atención a la conducta de minorías o colectivos habitualmente etiquetados de forma negativa y cómo afecta a su conducta ese comportamiento generalizado y aceptado por la sociedad. (Jiménez, 2021)

Teoría de las ventanas rotas

Este postulado lo desarrollaron James Q. Wilson y George L. Kelling en 1982 y es comúnmente recordado por su aplicación, por parte del ayuntamiento de la ciudad de Nueva York, para luchar contra la alta tasa de criminalidad que asolaba a la ciudad durante los años 80 y 90. Según los criminólogos estadounidenses, la percepción positiva del entorno urbano ayuda a que se reduzca el vandalismo y la criminalidad. La conclusión de estos expertos es que es necesario arreglar el problema cuando es pequeño: un edificio con ventanas rotas atraerá el vandalismo y, a medio plazo, puede traer consecuencias peores. Igual ocurre con la acumulación de basura o el descuido del mobiliario urbano. Mantener el entorno cuidado servirá como disuasión para crímenes menores y comportamientos antisociales. (Jiménez, 2021)

Teoría de las actividades cotidianas o rutinarias

Fue formulada a finales de los años 70 por Lawrence E. Cohen y Marcus Felson. Para estos expertos, hay una clara conexión entre las rutinas cotidianas de una persona (aquellos actos no delictivos) y las acciones ilícitas que cometen. Según esta teoría, el delito se produce cuando coinciden tres elementos: el delincuente tiene una motivación para realizarlo, la víctima o objetivo es algo alcanzable, y falla el control social o escudo garante que protegería a la víctima u objetivo. (Jiménez, 2021)

Teoría de la elección racional

Desarrollada por Cornish y Clarke en 1986, parte de la idea de que las personas que cometen delitos deciden realizar esas acciones basándose en un juicio. Es decir, sopesan las oportunidades y el beneficio que esperan obtener con la realización de ese hecho delictivo y evalúan el riesgo que supondría ser atrapados. Buscan el beneficio propio. Este comportamiento delictivo tiene, por tanto, un propósito y es racional. Se realiza un proceso de toma de decisiones que, psicológicamente, acerca a los delincuentes a las personas que no cometen hechos ilícitos. (Jiménez, 2021)

Luego del estudio de todo este compendio teórico, se puede observar el como todos y cada uno de estos autores, desde los inicios del siglo pasado han venido tratando de interpretar el porqué de la delincuencia.

Observamos también que estas teorías, se abocaron al problema de la delincuencia desde varios ángulos, como por ejemplo los factores sociales, educativos, familiares y culturales, entre otros. Pero llegando a las mismas conclusiones (basadas en la población y muestra específica para cada uno de ellos), propias de las naturalezas teóricas en sus estudios.

Desde el punto de vista criminológico, son una herramienta vital a la hora de referenciar u obtener los basamentos teóricos necesarios para llevar a cabo cualquier estudio o investigación en esta área, permitiendo así la comprensión de todos y cada uno de los posibles escenarios que se puedan presentar, basados en rangos de edades, con textos socioeconómicos determinados y hasta de factores geográficos.

Particularmente, el estudio de todas estas teorías en su conjunto permitirá solventar cualquier vacío hipotético, dejado por el uso o aplicación de una sola teoría.

No se debe confundir la prevención con el control, la primera se dirige fundamentalmente al origen de la criminalidad (tiene un alcance general); mientras que el segundo, no estudia las raíces del problema, opera en el caso concreto ya surgido para dominarlo, solamente le interesa el mantenimiento del orden, no pretende extinguir el delito, sólo dominarlo.

Referencias

Buil, D. (2016). ¿Qué es la Criminología? Una aproximación a su ontología, función y desarrollo. Obtenido de https://aprende.uned.ac.cr/pluginfile.php/3399052/mod_folder/content/0/Buil%20-%20Que%20es%20la%20criminologia.pdf?forcedownload=1

Jiménez, M. (2021). Teorías criminológicas: cuáles son las principales y en qué consisten. Obtenido de https://www.unir.net/derecho/revista/teorias-criminologicas/

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